El mundo se fué en su adiós

- Quería que la tierra me tragara, pero nada pasó.

Sus palabras de adiós, resonaban en mi mente y corazón.

No podía creer que mi admiración y amor, fueran tan grande... que no lo había notado.

Me dí cuenta que estaba enamorada mi alma. Pero tenía poco tiempo para decirle de mi amor.

Mi vida se volvió esperanza y la esperanza, una cuenta regresiva sin vuelta.

Qué de mi?... su andar enamorado... ya se estaba por marchar de mis ojos.

Su sonrrisa ... la ventana de su alma, esa voz apasionada... me susurra un adiós.

No sabe nada, que es todo lo que sueño.

No sabe el viento, que mis noches son recuerdos... nunca lo dije, solo escucha el silencio.

Si pudiera enterarce... quizás me entendería... quizás sólo callaría... o de pronto me amaría.

Solo pensé morir aquel instante... entre un sollozo abrumador, en el profundo silencio de mi corazón, contra el sumbido abrumador de todos alrededor.

Para unos ese adiós será una alegría, para mi... un... profundo respeto... un profundo -si se lo hubiera dicho.

Lo podría mudar aquél instante... solo no podría era atreverme en ese momento, más un segundo después... y sería tarde.

Que hacer...?.

Le míro a los ojos... como piedras nocturnas mojadas por el rocío, allí me focaron... sentí un aprieto en mi pecho, sentí un bacío, sentí el profundo amor que se dirigía de mi... como niño que se desprende de su madre a la fuerza.

Bajo la mirada y me doy vuelta hacia la puerta para marcharme, mientras le daba mis espalda... mi alma lloraba amordazada por mi razón... desconzoladamente y sin salida, le dije - en el camino te libero para que lo hagas a gritos.

Sólo, me atragantaba un nudo de impotencia en la garganta.

Fueron sus palabras de adiós... o lo que sentía en mi corazón.

No lo se... serré tras de mi la puerta, sin decir una palabra y me corrí entre los campos insiertos de la vida. Busqué refugio en un suspiro y no sentía mi alma, busque un bostezo de sol y me enteré que hasta la luna estaba ausente.

No me digan más nada... no medejes sin abrazos...

Me siento sin fuerzas con el espíritu anesteciado de dolor...

No supe que hacer, no supe que decir...

Pero si pudiera hablar... ´le diría... - si te vas, llévame contigo, donde estés, yo estaré, lo que comas, comeré. Tu vida será mi vida y tu Dios será mi Dios.

Daimer´s(C)