Me encontraba durmiendo en la madrugada, cuando fui llevado a un pedido de auxilio a los ojos de un joven.
Lo que vi me dolió en el corazón. Veía a través de sus ojos a su padre levantarse de una habitación que tenía la puerta abierta. Un hombre grande, de buena presencia, rubio claro pero de corazón oscuro. Al salir de la habitación, toma del brazo a su mujer que justo salía de la cocina y pasaba frente a él. Comienza a discutir, pelearla y le pega. El joven por el cual me permitía ver, estaba cerca, como si estuviera sentado en el suelo por el ángulo que me permitía ver. La mujer que llevó del brazo y la arrojó en sima de la cama, era clara, pelo lacio y largo me hacía recordar de rostro y cuerpo a Thalía, la cantante mexicana. El desespero humillante invadía aquella casa con la presencia de aquel hombre joven y violento. En los ojos que me permitían mirar y presenciar todo esto, aparece un niño de uno 12 años como máximo. Su padre le da una orden y le sigue de atrás. El joven por el cual veía, va al cuarto y ve a su madre llorando con los pelos y sus manos cubriendo su rostro. Yo notaba que ella sufría con todo esto y se sentía perdida sin saber que hacer, sin tener en quién confiar. La veía muy próximo cuando la voz del hombre llama y lo encontramos en el corredor, saliendo del cuarto donde nos encontrábamos. Más al frente estaba el niño de unos 12 años, con las manos atadas hacia atrás, tirado en el piso mirándome con los ojos brillando de lágrimas. A mí me parecía que esta escena era nueva para mí, pero para ellos era rutina.
Yo seguí con el joven de unos 14 años el cual me permitía ver, tras la orden de su padre de ir a algún lugar que no entendí, pues la mente del joven estaba dividida entre el dolor y el qué hacer, con los nervios a flor de piel. Lo que oí sí, fue que el joven dijo – Sí papito.
Sus palabras eran pronunciadas ya, fuera de la casa, al frente vi una avenida de mucho movimiento, como que la casa estaba en el centro de una ciudad, pero el joven se volteó mirando hacia atrás y lo último que vi, fue la puerta por el cual salieron.
Recuerdo que las palabras del joven al decir sí papito, me destrozó el alma, sentía en sus palabras un dolor interminable, unas ganas de llorar, unas ganas de matar a su padre. Estaban cansados de vivir así. El joven tenía un detalle que me captó la atención en su mano derecha, en su dedo pulgar. Esto aún más me preocupaba…
En lo particular, una familia que tenía todo para ser feliz, un hombre con una familia linda, joven y de sentimientos puros, pero atormentada por quien debería ser el defensor, el héroe.
Cuando nos transportamos a dimensiones de campos desconocidos, no podemos hablar, solamente ver o sentir. Si al menos pudieran haber dicho el local donde se encontraban, si hubiera mirado a lugares que pudiera reconocer y llevarme hacia él, podría ser más fácil de ayudar. pero es entendible, quién puede razonar en medio de una situación como esta. El que vive esto, es la víctima y el desespero lo deja bloqueado.
En mi mundo, no reconozco nada semejante que me hubiera hecho pensar que fuera una asimilación de algo cotidiano.
Aunque hay una interpretación para tomarlo como un sueño, que no me es permitida revelarla a cualquiera. Ya que no todos tienen la capacidad de entender los misterios.
Continuará…
(El texto aquí publicado, no es producido o fantasioso bajo ningún concepto, su realidad parte textualmente como ha sido escrito).
www.daimers.com la voz del más allá
No hay comentarios:
Publicar un comentario
- Thanks for to visit this blog. You can sending a coment in the post, too for diferent adress of comunications. www.facebook.com/daimers
- Obrigado por sua visita, temos mais postagem. Comente o que gostou de ver ou ler, entre em contato comigo nas diferentes formas expostas aquí.
www.facebook.com/daimers
Gracias por visitar mi página, comunícate a través de E-Mail dsantuche@gmail.com //daimers@hotmail.com o puedes escribir cartas para daimers Rio Branco Cerro Largo Uruguay
CEP 37100 https://www.facebook.com/daimers