La muerte soy yo...

…la verdad, es que me arrepiento. Siempre tuve todo lo que quería, era joven y mi belleza , donde se veía… todos tenían que decir lo mismo y concuerdan de que si…así es.

Me supe aprovechar de esa belleza… la cual me daba cosas útiles, pero cada vez más rápido el tiempo se pasaba sin que yo lo notara. Creí que joven sería toda la vida y tenía la mente vacía. Aunque pareciera llena de sabiduría.

Nunca creí darle la razón a alguien ya que siempre supe todo, principalmente sabía lo que estaba haciendo…y lo único que hice fue equivocarme y engañarme a mí mismo.

Tuve amantes por todos los rincones, uno mejores que otros… las mejores propuestas que un ser humano pudiera recibir para tener una vida acomodada. Pero me creí que era el rey del universo. Dejé los estudios por la mitad, total, no quería vivir escuchando esa masa de la enseñanza, afuera era más divertido, siempre alguien aparecía para dejar cada momento mejor que los que vivían esos aburridos e ignorantes de los libros y cuadernos.

Hoy… me doy cuenta que muchos y cualquier niño de seis años, me supera en calidad como persona… cualquiera tiene afán de superación y yo… ¿qué hice de mi vida? Nada. Mientras que unos son llamados de usted, sí señor no señor, de doctor, maestro… yo… recibo nada más que un vos, abuelo… y es que no soy abuelo. Pero mi rostro se ha marchitado y mi belleza sólo es una carga dolorosa del pasado. Tremenda angustia de lo que pude haber sido y tenido y nada de eso tengo. De los amores verdaderos que dejé pasar y hoy en profunda soledad, me despierta la decepción de no haber ni siquiera creído en Dios. Sí… delante todos lo insultaba y me burlaba de los que sí en El creían… despreciando así la verdadera razón del sentido de la vida. Olvidando que haciendo eso, me hacía una persona digna de lástima, ignorante en mis propios caminos y pequeño en mi modo altivo de pensar. Me volví una persona terriblemente oscura, con un orgullo de que nadie podía mudarme o enseñarme las cosas que ya estaba cansado de hacer… humille a cientos con mi belleza y posición intelectual y en realidad el que estaba siendo humillado y fracasado, era yo mismo.

Hoy veo pasar lo lindo que hubiera sido vivir de otra forma, por las ventanas de una prisión… la prisión de los años. Afuera ya es peligroso para mi, tiene obstáculos que me parecen montañas y dar vuelta media cuadra… ya es un trabajo fatigado y demorado.

Podría haber construido un mundo donde hoy… las caricias suavizaran las arrugas que el tiempo me a regalado. Cómo fantasmas me atormentan los nombres de los que me dijeron - no estás bien, tienes que superarte y ser alguien en la vida.

Ahora es tarde para llorar sobre lo que pudo ser y no fue… pero si tan sólo pudiera volver media mitad de un cuarto de vida, ya estaría feliz.

Pero al menos tengo el silencio de Dios, que si bien ha de estar enojado conmigo y con razón, no me ha dejado sin ver el sol cada mañana. Ya palabras de disculpas, no tienen efectos, y encontrar una manera de demostrar el arrepentimiento… no he encontrado. Pedir perdón, no es suficiente, me pido perdón cada segundo, por haberme dejado engañar por mi mismo. Creyendo que sí yo podía y de nadie necesitaba. La vida me da frío… y apoca mi alma. Mi luz y agilidad están a pasos de tortuga… mientras que cada segundo me carcome la nostalgia de una vida de paz que hubiera tenido.

El bien se siembra en el suelo y se cosecha en el cielo… pero yo… prefiero callar y no decir más nada…

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