La acusada

…Son las veinte… pensó. Pero debo ir al almacén, le estaba faltando comprar velas y la tormenta podía durar toda la noche…

Así que se colocó un abrigo y se marchó al almacén.

El camino era de piedra y con la luna llena, alumbrando como nunca tras sus espaldas, hacía que las piedras brillaran.

Una linda noche de noviembre. Claro que el cielo estaba dividido, porque a su izquierda, el tiempo amenazaba esa luna blanca y ese camino iluminado. Pero no estaba como para preocuparse aún.

A los lados de la calle chilcas y cantos de insectos… para una dama andar por ese camino entallado en medio de pequeños cerros, era peligroso, pero como ahí todos se conocían, nunca hubo un miedo latente… aunque al fin, después de ese trozo de camino, se podía contemplar una bellísima imagen de la ciudad. Desde lo alto, un camino todo iluminado en medio de una aglomeración de casas, simétricamente bien distribuidas. Vale la pena salir y ver cada día la torre, el faro que cambia de colores en la bahía…

Al llegar, como siempre, fue atendida sin hacer fila, ya que todos le daban paso a que la dama fuera la primera. Para todos era un deber, puesto a que todos sabían de donde venía.

Cordialmente, por donde pasaba, nadie la dejaba muda dos segundos. Siempre estaba hablando, que un hola por aquí, que día por ahí, que vecina por allá… etc, etc…

Bueno, no siempre era así, a veces algunas señoras le decían que estaba faltando con su palabra, porque aún esperaban su visita para el mate, pero eran muchos hogares, y tomar mate con todos, le costaría medio año.

-Buenas noche señora!- le dijo el herrero. No quiere que la suba al cerro… ya está ventando y la tormenta puede que la sorprenda en el camino.

- Bueno vecino, creo que aceptaré su gentileza, pero permita que compre unas aspirinas ya que estamos frente a la farmacia…

- Compre tranquila, la esperaré aquí, sólo son dos metros…

Luego de darle una sonrisa continuó su tarea.

No era muy lejos, pero como el camino era de piedra, se lo transitaba despacio.

-Mire vecina, la luna ya está comenzando a desaparecer… - Dijo el herrero.

-Es verdad, parece que la tormenta llegó con nosotros. Usted tiene privilegio, vive como el Cóndor, en las alturas, ve lo que nosotros no vemos.

- Bueno vecino… sabe usted que de bajo también me ven… algunos quizás con unos largavista, como esos que están caídos bajo su asiento. –Dijo ella con una sonrisa apretada.

- Nunca pensó venirse al valle, está tan solitaria aquí arriba.

- …lo que pasa es que la casa es tan acogedora, y los recuerdos de mi familia decoran tiempos tan felices por toda ella, que no siento ganas de irme. Soy la última de la familia Darwin y debo terminar mi vida aquí. Aparte puedo decir que nunca estoy sola, sabe que ser maestra de niños es tan gratificante, como agotante…

- es verdad… usted lo ha dicho…

- Bueno llegamos… muchas gracias, la verdad no se como agradecerle por el incómodo – dijo mirando a las bolsas, asegurándose de que tenía todas sus compras.

- Quizás un café, antes de que venga el diluvio – sugirió el herrero- eso ya paga todo.

- Bueno… pero está medio tarde y debo hacer fuego… no quiero tomar su tiempo, pues es usted muy ocupado y seguro…

- Pero no sea tan cumplida, vamos que yo le echo una manito. Es temprano y quizás esta tormenta solo amenace como la anterior.

- Bueno pase… voy a calentar el agua.

- ¿Dónde está la leña para el fuego?

- No se preocupe ahora recuerdo que aún tengo alcohol para el primo. Bueno dígame… como está su señora, hace tiempo que no la veo en la misa…

- Anda bien… me supongo.

- ¿Cómo que no lo sabe?... bueno disculpe, creo que con su mirada me ha dicho que se ha separado…

- así es.

- ESTÁS MAREANDO, DÍME CÓMO MATASTE AL HERRERO!!

- Señor comisario, le juro no lo maté…

- CLARO, NO LO MATASTE, COMO QUE EL APARECE EN TU CAMA, DESNUDO…?

SERÁ QUE YO ESTUBE AHÍ? TIENE QUE COOPERAR SEÑORA DARWIN. REFRESQUEMOS LA MEMORIA… LUEGO DEL CAFÉ, CONVERSARON Y EL LE PROPUSO COMPROMISO, NO HACEPTÓ, PERO EL INSISTIÓ, ENTONCES… COMO USTED ESTABA SOLA A MUCHO TIEMPO… YA QUE EL NO TENÍA COMPROMISO, LE PARECIÓ QUE NO SERÍA MAL TENER RELACIONES CON EL… TOTAL, ERA UN HOMBRE SIN COMPROMISO…

- Señor, yo le digo como fue, debe creerme. Nosotros intentamos… yo intenté tener relaciones con el, pero debido a que no lo había practicado a muchos años, me dolía para poder satisfacerlo… entonces el me pidió que lo masturbara. Yo pensé que el estaba disfrutando, pues sus gemidos eran considerable, cuando de pronto se quedó inmóvil y… no volvía en sí. Me preocupé y comencé a desesperarme cuando vi que no respiraba… y no lo dije antes, porque me daba vergüenza… es humillante confesarlo…

- SEÑORA DARWIN, ACABA DE LLEGARME EL INFORME DEL MÉDICO FORENCE… LO LEERÉ PARA QUE TODOS SEAMOS TESTIGOS…

“… la causa de la muerte del Señor Albertino Gorka Rogoff, conocido popularmente como “El Herrero”, fue debido a un paro cardíaco, producido por una extrema excitación, debido a que fue encontrado en su organismo hormonas que son liberadas únicamente en el coito… otras sustancias… cafeína… un cuatro por ciento de alcohol… no se encontraron índice de homicidio…

- Se lo dije… jamás mataría a nadie…

- …SEÑORA DARWIN… ANTE ESTA EVIDENCIA, NO PUEDO DEJARLA PRESA, PERO CONTINUAREMOS INVESTIGANDO PARA TENER SEGURIDAD… DE QUE NO ESTÁ OCULTANDO NADA. PUEDE RETIRARSE Y LA DEJO LIBRE DE ACUSACIÓN.

- Señor… debe liberarme, para que pueda irme de aquí, ya no podré quedarme, todos me miran como una asesina, es vergonzoso para mi que me asocien… aparte oí comentario cuando entré, entre sus policías cuando le dijo a otro “si te da una manito, te puede matar”. Entienda usted, si me quedo, no resistiré… yo dependía de esta ciudad y ahora quién dejará a sus niños tomar clase con una masturbadora de hombres… sabe que la sociedad ahora no recuerda todas las cosas buenas que he hecho…

- … ESTÁ BIEN SEÑORA DARWIN…

- Gracias, esta noche cruzaré la bahía e intentaré una nueva vida del otro lado… sé que será difícil al comienzo, pero contaré con su ayuda si puedo, por alguna referencia y le pido que no recuerde este incidente. Para que al menos, pueda acabar en paz el resto de los años que me quedan…

- SI ASÍ LO DESEA SEÑORA, PUEDE CONTAR CON MI SILENCIO SOBRE EL CASO QUE YA ESTÁ ENCERRADO…

- Una cosa más, supe que quería comprar una casa… ya la ha encontrado?

- NO… AÚN NO HE ENCONTRADO UNA QUE ME GUSTARA.

- No busque más, mi casa es acogedora, a pesar de lo ocurrido, pero eso es apenas un detalle, pues aún continúa siendo un lugar de felicidad, pero mi tiempo ha terminado y no quería dejarla tirada, pero en sus manos estará mejor que cuando la tenía. Tómela como un regalo…

- NO SEÑORA DARWIN, ES USTED UNA DAMA AUNQUE SE LE AYA ACUSADO, PERO NO ESTÁ BIEN QUE TOME LO QUE ES SUYO. POR SUERTE AQUÍ TENGO ALGO DE DINERO QUE PUEDE SERLE ÚTIL YA QUE HA DESIDIDO PARTIR. TAMBIEN LE SUGIERO QUE BUSQUE ESTA PERSONA CUANDO LLEGUE AL OTRO LADO, ES MI HERMANA, ELLA LA AYUDARÁ HASTA QUE PUEDA VALERSE SOLA, EL RESTANTE DEL DINERO SE LO ENVIARÉ CON ELLA Y QUEDE TRANQUILA QUE NADIE LA MOLESTARÁ.

- Gracias, usted es un gran hombre. Le dejo las llaves bajo la maseta que tiene la flor amarilla, al costado del caño de la chimenea. Una vez más… Gracias – le dijo mirándole a los ojos al momento que dejó caer una lágrima sobre el escritorio manchando así, la hoja que estaba la causa de la muerte del herrero.

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