Daimer´s

17/11/12

Panqueque humano

Somos casados a cinco años. Mi mujer un día me sorprende con un tema, quería hacer un trío metiendo en nuestra relación otro hombre. Claro que me enojé. Tener un tipo dentro de casa, que use nuestras cosas, o mejor, mis cosas, no era para nada cómodo. Yo solo quería llegar a casa y encontrarla a ella y no que estuviera en el disfrute con otro, y yo sabiéndolo. Ella continuó la charla después que me pasé una semana con las neuronas gastas de tanto pensar. Las palabras del trío me daban vueltas como perturbandome todo el tiempo.
Bueno, digamos que  es lo que quieres exactamente. Yo realmente no se por donde comenzar, pero el trío no era para ella, era para mi, quería que yo tuviera relación con otro hombre. Realmente esta mujer no estaba siendo con la que me casé o creía haberme casado. Sabes, me puse a llorar, porque me sentía perdido, si bien en ese momento ella me dio todo el cariño y el abrazo que necesitaba, no entendía si ella estaba siendo mal amada por mi, o si no era suficiente lo que creía hacerlo bien... le pedí por favor que me explicara, que le pasaba. Ella me decía que nada, solo sentía el deseo de hacerlo. Pero como puedo yo, que siempre me atrajeron las mujeres, el perfume femenino me deja loco solo de pensar, estar con alguien peludo, hablando grueso... realmente no se que hago!!. Ella quería que yo tuviera sexo con el, que lo penetrara y que me dejara penetrar, ella nos ayudaría, que no tuviera miedo, solo tenía que intentar. realmente no supe que decir, pues nada adelantaba, en su mirada avía decisión. Yo vi en un minuto, lo cuanto la amaba y como era feliz hasta ella sorprenderme con esa idea.
Ese día me levanté y le dije que debía salir. Ella me abrazaba y me decía que no la dejara si era eso que iba a pensar. Aunque si iba a pensar en ella, no era lo que estaba planeando pensar.
Caminando, comencé a mirar hombres, a imaginarlos en casa pelado con nosotros, me causaba ganas de vomitar, pero resistía y continuaba pensando... pensaba en que la amaba tanto... y me imaginaba penetrando un tipo, y lloraba porque nunca me sentí hacer algo así, entonces me imaginaba ese tipo penetrándome la cola, no lo podía pensar, pero me hacía un dolor solo de imaginarlo. Lloré solito, pensé solito. La amaba, pero esto ya era una locura, entonces decidí ver unos amigos a ver si podía contarle lo que me pasaba y supe, que a ninguno le podía contar esto... son cuadrados de tan machos, me tirarían piedras y me mandarían ahorcar a  mi mujer si se enteraran...
La verdad estoy solo, en esto no se quien puede ayudarme...
Volví a casa y le dije a mi mujer: - Quiero poder seleccionar a quien meter en casa, con esa condición. Yo estuve cuatro años de novio pensando si realmente podía casarme contigo y luego me casé, no será ahora que voy a hacerte los gustos en esto... aunque acceda, pero si no me animo, en el momento  lo saco a patadas si es necesario.
Luego de un mes de busca, de planificaciones, de rever las reglas que deberíamos tener en cuenta... marcamos la cita con un tipo. El era educado, me daba miedo porque era más grande que yo, tenía fuerza y una trompada me desmayaba. Pero me animé de a poquito. Ya llevabamos  seis horas de charla en la cama a medio pelarse y yo temblaba...  me dijo que era bi polar... yo pensé que era un robot eléctrico y me corrí por las dudas que diera choque... pero ella me explicó que bi polar es alguien que da por delante y por detrás. Bueno eso me aclaró. Decidimos a que lo penetrara, aunque fue extraño, lo logré, pero mi mujer estaba ahí, juntito para animarme. La cosa me fue gustando, la emoción tomó cuenta y ya  no me parecía tan mal el tipo. El comenzó a hacer caras y bocas y me exitó de tal forma que ya me quería aprovechar de el. No le tuve piedad, si quería... pues tomá!!. La cosa es que cuando me dí cuenta, mi mujer me estaba violando con el pulgar y se sentía delicioso. Me daba una fuerza adelante y me corría una electricidad de placer en el cuerpo. Mis músculos se contraían y se descontraían. me dí cuenta que ya me había emputecido por hacerle caso a mi mujer. Tarde demás, era mucho placer como para pensar en ser macho, creía que me daría algo pero cambiamos de posición. Le tocaba la vez de el... entonces mi mujer se puso debajo, me quité el condón para ella y el comenzó a penetrarme suave, no sentí dolor, pero cuando comencé a moverme con mi mujer y el efecto de el a mis espaldas, quería pasar una semana en ese va y viene. Ya se pasaban nueve horas y yo sentí que eso no podía cortarlo, o era un sueño o realmente la cosa es más que buena. Si hubiera sabido que era así, lo hubiera hecho mucho antes, descubrí tarde lo que es sentir placer... pero bueno, valió la pena. Luego que terminamos, nos dormimos los tres, enganchados, así como terminamos. Cuando desperté, no me desesperé, pero me dio ganas de llorar. Lo miraba al tipo que estaba pegado a mi cara y casi infarto cuando me abre los ojos. Me corrí de un salto con el susto y el me habló. Comenzó a tranquilizarme. Me contaba de el de una forma simpática, y que al menos trabajaba, que tenía una novia y yo me quitaba las dudas, y le pregunté que pasaría después... Claro que eso dependía de mi como el lo dijo... y realmente me había gustado. Entonces me besó... y me dejé besar. La cosa fue intensa y me atrapaba sentir su lengua, su saliva, me besaba suave e intenso. A mi... me daba hambre de besarlo más.
Una semana después, no soporté más el silencio y le conté a uno de mis amigos. El me miraba y se reía, yo tenía verguenza en estar contándole eso y el se reía. Pero solo el hecho de contarle me aliviaba... entonces el me dijo, que no por eso iba a dejar de ser mi amigo. Que siempre lo supo todo, que me gustaban los hombres. Pero yo le dije que es mi primera vez, que nunca había estado con un tipo...Pero el me dijo que como, si estaba casado con un hombre, que todos creían que me gustaba, porque estaba enamorado y decidido al punto de casarse con el. O mi amigo estaba loco o yo estaba ciego. Yo me casé con una...mujer... MUJER?. Le pregunté que si acaso mi mujer era un hombre... un transexual y ellos sabían y no me lo dijeron... Y me dijo que si. Que acaso no me había dado cuenta que nunca menstruaba, que nunca tomaba pastilla, o que no se mojaba cuando la exitaba... Y yo dije que no sabía, que debería... pero a mi que me importaba saber eso...
Nervioso me fui a casa y le pregunté a ella si todo eso era verdad. Y me dijo que si.
Lo único que hice fue abrir la boca, quedarme mudo y sentarme. Ella otra vez estaba ahí... me acariciaba y me decía que me amaba, y yo sentía ternura para con ella, pero lloraba lágrimas en silencio, porque... no se..., no sabía que decir. Que se puede hacer...no lo sabía. Mi padre vino a verme un día después y yo aún lloraba, no hablaba nada, no fui a trabajar, mis amigos comenzaron a caer uno a uno, hasta el tipo que me comió la cola vino a darme un abrazo porque estaba mal... Y mi padre me contó que en realidad yo era su hijo, pero era mi madre y no padre. Que era mujer, que su madre era madrasta.
Ese momento, me dio tanta gracia que comencé a reír. Lloraba y reía al mismo tiempo. Entonces vi el mundo de otra manera, entendí  cada cosa buena y mala que me había sucedido a lo largo de la vida, pero era mi mundo, era todo lo que sabía y todo cuanto tenía. Ahí estaban, me mintieron todo el tiempo, creyendo que yo lo sabía, pero la culpa era mia, por no prestar atención a lo que está a mi alrededor.

Daimer Santuche H (C)

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