Illuminati

Llega la época que a gritos se pide paz, una tregua, un abrazo fraterno. Pero no se puede callar las voces que dieron gritos y clamores para que hoy, pudiéramos nosotros dar la voz de un nuevo comienzo.

Por razones banales y egoístas, aún existen aquellos que intentan resolver a balas y puñales, cosas que solo una voz amable puede ser engrandecida.

Vi en el Cielo y en la tierra, un sentimiento de dolor inspirado en el amor. Voces gritaban, -------- quién irá!!?.

Clamaban desde la tierra de los vivientes, traidores se revelaban de entre los más confiados, solamente por simpatía y placer al terror. Mientras que otros, susurraban y conspiraban para defender a los inocentes. Defendían al menos provisto de fé, de instrumentos que le sirvan de escudos. No existía raza ni color, era de un lado, la voz de la justicia y del otro, la voz de la ignorancia.

Se manchaba de sangre el verde de los collados y los ojos que veían los lugares hermosos, solamente podían ver el terror. Voz en el desierto, piden la paz. Pero vi, que de entre todas las voces que gritaban paz, amor y justicia, solo ellas respaldaban a los vivientes. Eran éstos motivados y dirigidos en los misterios más ocultos y entendible hasta entonces, para que sobrevivieran. Se cruzaban delante de la maldad y esta no los veía. Luchaba la muerte y ella no detectaba sus vidas, quedaba ciega ante sus presencias. Y los promotores del terror, dura muerte les atrapaba. Una oscuridad profunda, en un  abismo seco y sofocante jamás visto y comparado, haciendo con que la misma muerte hullera de esa oscuridad. Se les veía abrir sus bocas en un profundo suspiro, dejando escapar un relámpago con luz tenue. Se les opacaba el rostro y se les enfriaba el corazón. Solo de ver era escalofriante.

Me dolía el alma, me quedaba sin fuerzas, me sobresalté, pues creí ser un conspirador de entre los que estaba, al ver el movimiento terrible que comenzaba a suceder en mi entorno. Tuve miedo, mucho miedo y comencé a pedir perdón, pero el perdón, no se podía pronunciar. Me asusté el doble y me dejé callar en la aceptación de que si lo merecía, de hecho sucedería. Pero por mi pasaba la Fuerza oscura oscura, y de mi se alejaba. No era un traidor y dentro de mi, conservaba una cosa que nunca entendí la importancia, considerando inútil y sin sentido, llamada - La voluntad.

El terror se me apoderó, lloraba gotas enormes y el pecho se me abría como queriendo expulsar un peso  profundo. Apenas veía a causa de mis lágrimas, mientras caminaba como  sin sentido y tastabillando, comenzaba a susurrar un pedido el cual gritaría con todas las fuerzas que  dieran en mi garganta.

-          Queremos VIVIR!! Queremos VIVIR!!

Entonces como a una sola voz, comenzaron los vivientes a tomarse de las manos y gritar conmigo y a medida que gritaban, se iluminaban como  si fueran un trozo de sol. Cuando se juntaban tomados de las manos, comenzaron a levantarlas como si fueran una gran red. Yo perdí mis fuerzas y caí… pero dentro de mí seguía una voz  tan poderosa como la suma de todas las que gritaban como yo. Entonces se me acerca un Varón, y me dice – Ponte en pie mi hermano, juntos somos la voz de Dios, y con todos, somos poderosos. Te necesitamos.

Me ayudó a levantarme y al tocarme, una fuerza ardiente me enderezó de tal manera, que me sentía un gigante. Y desperté.

Daimer’s ©                  Estudio D´santuche