Ayuda! Salven a Dally

 Ayuda! Salven a Dally!

Un grupo de niños jugaban con muñecos y muñecas, cuando lo inesperado surgió.

En una esquina de la casa, en la vereda, un desagüe de cocina de caños gruesos. Era imposible que un niño pudiera ahogarse allí. Pero  Dally, una muñeca muy bonita, estaba caminando con su amigo. El niño que jugaba con su muñeco, quiso advertirle a Dally que había un poso, pues debían buscar otro lugar para caminar. Pero ya era tarde, Dally estaba siendo tragada por el caño, aunque su amigo, el fuerte guerrero, se arrojó a rescatar a Dally, ambos permanecían bajo agua y los segundos pasaban y alguien debía hacer algo. 

La niña entonces decide pedir ayuda a un adulto. 

- Dally se está ahogando y su amigo también, ayuden!.

Claro que un juego de niños, la fantasía no es entendible entre adultos, pero era un caso serio y había que ayudar. 

Una joven dijo que llamaran a la ambulancia, mientras una mano, buscaba a Dally y su amigo bajo agua. 

- No están aquí -dijo el rescatista - Voy a bus car más adelante, la corriente ya pudo haber llevado sus cuerpos más lejos.

El desespero comenzó a tomar cuenta, ya hacia mucho rato que se ahogaban. Pero la esperanza tomaba cuenta del lugar. La ambulancia en camino, quizás un RCP podría salvarles, aunque era difícil.

Más arriba el rescatista comenzó a sacar del caño, unos cadáveres de muñecos, al parecer, otros ya habrían caído en esa trampa mortal. Fueron tres, cuatro y más... hasta que una pierna salió. La niña reconoció que era de Dally, luego vino la segunda y ahí la tristeza invadió el lugar. Una niña dijo-

- Voy a traer una cajita bonita que tengo, para poner a Dally. Otros comenzaron a sollozar y sus semblantes cayeron. El niño del guerrero, sumido en profundo pesar, lloraba en su alma con los ojitos sin esperanzas. 

El rescatista ya no podía más, lloraba desconsolado con angustia a voz en cuello, la doctora entra con una camilla por cumplir, ya nada se podía hacer, una bella muñeca estaba sin vida y un guerrero desaparecido.

La niña cerró su alma de dolor por Dally y ahora todos se daban vuelta a esconder sus lágrimas, viendo el llanto y el dolor del rescatista. 

Entre llanto profundo y entre palabras cortadas, entendiendo la inocencia de los niños, el rescatista dijo -

-Lloro... porque... y si fuera un niño de verdad! Y si fuera de verdad?.

Entonces desperté.

Daimer Santuche H.