Amor en coma profundo

Luego de que estuviera en coma profundo desde el accidente, se hacían cada vez menos las chances de que volviera de sus treinta y seis días perdido en algún lugar.

No podía verle ahí en esa cama sin que dijera hola, o al menos me mirara en silencio, como solía hacerlo… o pasara y me acariciara la espalda de una manera afectuosa. Sentía tanta su falta que ya me estaba doliendo demasiado el corazón.

Decidí ir a verlo antes que abriera la puerta de mi casa, aunque recién volviera.

Entré como movido por una fuerza que desconocía, pero el corazón me lloraba un fuerte amor.

Al verlo como estaba, lleno de tubos y envuelto en penumbras espirituales visibles, lo cogí de su mano como quien quiere rescatar a alguien de un poso y comencé a hablarle.

- Viejo… donde sea que estés, no estás tan bien sin nosotros. Ahí no estamos para protegerte, para meternos en tu vida y apretarte los testículos para soltarte después que silbes la tarantela. No es justo que si estás en un lugar mejor, me dejes aquí. Quiero que regreses, porque te hecho de menos cada hora… eres el amor de mi vida, no debes irte así sin más… no puedes dejarme sin tu pecho… sin tus abrazos. No abandones este cuerpo que tantos han codiciado, incluso yo. Sabes que cuanto más olor tienes, más excitante y atractivo te vuelves… y ahora tu perfume huele a alcohol. No dejes que se pierda en la nada las fantásticas posiciones seductoras que descubrían lo que para unos es vergüenza y para el que ve, es la gloria. No permitas que esos pies perfectos simétricamente, dejen de trillar nuestras sábanas. ¿Quién nos invadirá la casa y sacarnos desnudos de la cama, si vos no estás?... no tiene gracia el sábado sin ti.

¿Qué mundo más perfecto puede sentir el resplandor de tu sonrisa y el aplauso que es tu carcajada, sino éste?. Viejo, necesito verte llorar para decirte que pareces una loca de barba… y abrasarte para que seamos dos loca de barba.

No puedes abandonar así sin luchar, porque una cosa es ser marica y otra es una marica cobarde… y al menos eso tú no lo eras y si ahora lo eres, no es justo que te vayas sin haberte dado unos tapas en esa tu carita de muñeco. No es justo que te vayas sin haberte contado que quien te comió la novia… fui yo.

Tu vecina Geiermeia, la gorda infartante, se está volviendo una modelo desde el día que entraste en esta cosa… ella sabe que en otra vida, no encontraría a alguien como vos. Aunque sufra y se muera de envidia que a nosotros nos das lo que ella suplica por migajas. Pero aun así, es feliz porque sus ojos ven a un hombre como tu. No sabes cómo se han vuelto hombres las maricas del barrio y lo peor… es que nos quieren consolar a nosotros. Y tu no estás para defenderme. Amigo… no nos abandones aquí ahora, al menos espera para llorar juntos la muerte de la Tuberca.

¿Qué voy hacer sin ti?... aún así… como te veo ahora… pareciéndote un piloto americano… o un camión de barométrica… lleno de caños, dejas de ser atractivo… y aún mantienes el valle impecable, con su colina y sus montañas prontas para escalar.

Déjame limpiar por última vez la baba cuando te cuelga porque no sabes escupir a distancia. ¡Estúpido! ¡Tarado!, ¡¿No te das cuenta que te queremos aquí?!

¡Me das gana de que te rompa la cara y te viole con el pulgar, ese trasero delicioso! Depilarte el ano con una pinza… o no hacerte nada de esto y decirte que te Amo. Que te extraño mucho… que no estoy llorando porque se metió un estúpido mosquito y si porque soy una loca llorona, y que estoy llorando por ti. ¿Quién va a dormir en mi cama y jugar al medio oriente con las bombas y terminar despertando abrazados?.

No nos hagas esto… ahora podrá estar divertido donde estás, pero más tarde sentirás nuestra falta… es mejor que regreses, para que cuando vuelvas para donde te encuentras ahora, tengas más que contar y más fama que te hagan porque conocieron un dios… como yo. Nosotros somos tu familia, somos tu día de lluvia y tu fin de domingo. Yo soy la niña de tus ojos… cabrón. Encontré la dueña del bufet y preguntó por el guarango que comía de boca abierta y le hizo perder a cuatro clientes. Cuando le conté que estabas abriendo la boca en otro mundo… se le cayeron dos lágrimas de un ojo, el otro se las guardó, porque debe ser machete como ella… pero como vez, hasta en la vieja se encuentra un ojo bueno.

Viejo, no tienes edad para irte aún… así no te puedo masturbar tan siquiera, la vez que te rompiste las manos, al menos te funcionaba el motor, pero ahora… está como fregón de convento, más murcho que fruta seca.

Negro… o te venís, o voy a buscarte cueste lo que cueste, o te venís o pago tu rescate con mi vida… Estoy seco, sin lágrimas de llorarte tanto, te extraño más que a mi propia vida… sólo dame el regalo de tenerte cerca otra vez más. Déjame decirte lo cuanto te quiero cada vez que se me da la gana…

Puedes oírme… ¡la verdad que te hablo bajito, porque si te grito, me sacarían de la sala!... volvé porque si no vuelves… me masturbo con tu mano… que por cierto… está más calentita comparada a hoy cuando vine.

Viejo… vos sabes… me conoces y sabes que no mido esfuerzos cuando el asunto es contigo. Por vos hago cualquier cosa… lo que me pidan… pero…

Mientras lloraba diciéndole estas palabras… sentía cuando me apretó fuerte la mano y me dijo mirándome al alma – Cuando se me pare, te clavo.

Supe entonces, que no estaba sólo. Que de algún lugar del más allá, alguien no se resiste al amor. Que la vida es hoy y no mañana. Supe nuevamente que la fuerza de una amistad, supera cualquier cosa, incluso la muerte. Entendí que el amor, no tiene clases ni faces, el Amor es Amor eternamente e infinitamente. Que cuando dos personas se aman, todo es permitido. Supe además, que todo hombre que esté en coma y le digan estas palabras, volverá a esta vida, minutos después.

(Maldito aquel que quite o transforme o substituya las palabras por otras. Y nunca despierte de un coma cuando esté en uno, si alguna vez dijo que esta oración, salió de su corazón. Pero bendito aquel que diga la verdad y sienta amor en su corazón.

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050(6)2011.