Yo me sentía en las nubes. Cada día tenía un amanecer diferente y un atardecer como muy pocos podían apreciar.
Esta feliz, pero a veces me sentía triste, mi vida había cambiado y para poder ser feliz, tuve que aislarme de todo y de todos. Vivía con el hombre de mi vida en una isla, como si fuera parte de una película, pero ahí estaba yo. Era la mujer del faro. Muchos me habían visto y asociado a que el faro era asombrado, por eso nadie era capaz de pasar una noche si quiera si no fuera el… claro, conmigo. Yo me quedaba, era mi casa, mi mundo, casi ni salía de el. Rara vez.
Mi hombre era el que hacía todo por mí, todos los días estaba en el pueblo. Para no levantar sospecha, a pesar que ya no le preguntaban más sobre el coraje de vivir en ese lugar… era el único que podía soportar ese trabajo, quizás por ser el único en quererlo. Pero mi vida casi era de maravillas. Estar en una isla desierta, a trece minutos remando hasta la orilla, era algo que sucediera solamente en un libro de poesías. Yo quise desaparecer del mundo, me leí mi muerte… o mejor mi supuesta muerte. Para estar a solas con un hombre rudo, cariñoso y muy divertido. A su lado no existe otra cosa que llame más la atención. Para no absorberlo mucho, me aguantaba todo el tiempo para no estar agarrándolo y besándolo… la verdad que era una atracción perfecta, por dentro y por fuera. Dos veces al día nos quitábamos la ropa y nos quemábamos en nuestros deseos más ardientes, no existía un lugar en el faro, donde quedara por estrenar nuestra pasión. La mayoría de las veces, el me pedía que no lo dejara pasarse más de la cuenta, para así, poder resistir cada día… pero confieso que más de las veces, me venía un olvido repentino y ahí estábamos, desnudos o al amanecer, o al atardecer. La luz o las sombras nos encontraban todos los días. En algún lugar del faro. No existía para nosotros, el tiempo. Si había una necesidad, esa era la hora y pronto, y si se podía dejar para después… mejor aún. Las mejores palabras de amor en ese entorno de mar y cielo, escuchaba de su boca… dedicado a mí. Las proposiciones más locas y excitantes, venían de sus susurros que recostados a mi oído, me encendía irreversiblemente. Sus manos eran un peligro, un solo toque y podía caer en una trampa sexual. Cada rose por delante o por detrás, era una invitación sutil y de lenguaje deducible. Su aroma, olía a sexo salvaje… Tanto que ni el aroma del mar borraba de dentro del faro. No me atraía la ciudad, sólo a la noche, mientras compartíamos algo de comer, mirando el sol esconderse tras las cabañas y los edificios. Nuestras vidas, eran el uno para el otro, dos almas que no se resistían y no querían estar lejos demasiado.
Nadie quiso estar con el en ese lugar… y nadie sabrá lo que se ha perdido… cada mujer que se enteró donde vivía, le dio adiós en una excusa pasados los cinco minutos. Pero no estoy reclamando, sino amando que esto hubiera sucedido. Puesto a que son todas ellas además de cobardes, mal amadas. Y me río por eso… claro que el también. En realidad, nos reímos casi todo el tiempo porque el es un genio… y yo como aprendo con el… y me sale mal, terminamos combinando y riendo mucho…
Pero está preocupándome, Siento que todo está demasiado perfecto. Quizás deberíamos de ir a tierra, hacer algo juntos en medio de la gente... y eso me tiene mal... temo que tanta perfección esconda algo...
- Bueno... en realidad fue eso que te trajo hasta mi?
- Si... al menos creo que fue eso... en realidad no tengo grandes cosas que hacer, en un faro solo existe lo escencial...
- Haz notado que no ha variado la comida en la mesa, que ya no se cambia para venir a tierra?
- Bueno... no... o sí!. Eso creo... ahora que lo pienso... hace días que no va al pueblo y eso quiere decir... hace días que no comemos derecho... nos amamos y comemos cosas...en realidad... tampoco estoy comiendo.
_ Eso se debe a que no recuerdas que hace años que el farol se insendió. A ese que tu amas tanto, la policía descubrió que era un secuestrador, en el faro, encontraron a una persona encerrada, la cual eras tú...
- No!! no es sierto!!, siempre me quedé dentro del faro porque en realidad dentro estaba mi mundo y le pedía que lo cerrara, solo eran unas horas que el estaba ausente, por un rato y casi siempre me dejaba durmiendo y el me despertaba frecuentemente.
- Pues no es lo que dijo la policía... a trece años estaban buscándote...
- No entiendo... por qué!? Allúdame a entender que sucedió...
- Eso trato, porque también yo quiero saber la verdadera historia por tras del faro salado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
- Thanks for to visit this blog. You can sending a coment in the post, too for diferent adress of comunications. www.facebook.com/daimers
- Obrigado por sua visita, temos mais postagem. Comente o que gostou de ver ou ler, entre em contato comigo nas diferentes formas expostas aquí.
www.facebook.com/daimers
Gracias por visitar mi página, comunícate a través de E-Mail dsantuche@gmail.com //daimers@hotmail.com o puedes escribir cartas para daimers Rio Branco Cerro Largo Uruguay
CEP 37100 https://www.facebook.com/daimers