Lo que vive el que engaña

…tienes razón… te he fallado.

No quiero tener que engañarte porque me engaño a mi mismo. Quiero despertar cada día ahogado en tu pelo,
sintiendo tu aroma… sintiendo tu inocencia cubrir la almohada… mi corazón. Quiero
ver cada rayo de sol entrar por la ventana, que despiertes y me veas a mi… pero
yo solo no puedo estar enamorado… tu tienes que donar tu corazón para este
círculo de amor y pasión.

Cuando me sentí seducido por otro corazón, no miré lo que podía perder,
no miré lo que dejaba… no me importó la razón. Solamente me dejé llevar por la
sensualidad… la atracción.

Se que cambié… que mi mente se fue de mi… mis ojos estaban mirando otro
horizonte… pero de lo lejos, de lo perdido, volví. En medio de ese placer, ese
nuevo vivir, te recordé a ti. De lo lindo que era estar a tu lado, la libertad
para amarte con el alma y el corazón, con la locura y la razón… de ahí… volvió
en sí… mi gran amor por ti. Y no es que quisiera engañarte, solo me dejé llevar…
creyéndome ser fuerte.

Solamente fue ganas e impulso irracional. No fue leal, no fue con amor
y mucho menos por amor.

Quiero que me sepas perdonar, que puedas entender que me arrepiento,
que me disculpo, que no sabia que era débil. Tengo el valor y la razón de venir
a ti y decirte lo cuanto te he engañado, y lo cuanto descubrí que te amo.

Si lloraste, también mi corazón, si odiaste, también me odié por
haberte hecho pasar este trago amargo.

Cuando una persona está con un amante, el sexo es continuo, es aquella
atracción fatal, es insaciable, todo es ganas y pasa… y vuelve todo otra vez.
Pero cuando hay amor, hay razón, el sexo es puro, cristalino, las almas se
encuentran y se viven una a la otra, sin tiempo… sin prejuicios. Lo que dices,
hace grande tu pecho, tu placer es profundo y puedes vivir sin ese deseo de
león hambriento, puedes oler y soñar, dormir en paz… vivir enamorado. No
sientes el tiempo pasar. Pero en los brazos de un amante, solo se vive en una
zona tropical, donde la tensión es continua, el calor es abrazador, se tiene
actitud de loba desesperada, se vive tremenda delgadez, cuanto más se come, más
insaciable se queda, la lujuria toma cuenta y la carrera, se hace pasos de
tortuga, nunca se llega a la meta y ella está a dos pazos. Nunca se aprecia el
sol y las nubes amenazan tormenta continua. El reloj corre más que el agua y el
agua es tu enemiga… tu corazón se acelera y tu sombra es sospechosa.

Para qué esconder el amor, es una vida que tenemos. Por eso te ruego me
perdones, quiero que volvamos al valle de reposo, porque aquí, sin tu perdón,
la tierra está árida, arenosa y el sol quema mi espíritu… solamente dime que me
perdonas y libre quedaré… no hagas como yo, no destruyas el otro pilar del
amor, porque caemos los dos. Yo he destrozado uno, y tu perdón lo podrá
restaurar, pero si no lo permites… entonces aplastado uno morirá.

Daimer´s ©