La bomba del destino

La vida… no es más que un momento, cada uno carga una
granada, donde solo la vemos una vez,
nos obligan a enganchar en el aro del pino, el cordón de la felicidad. Luego a
cada momento y sin saber cuando, vamos sinchando, vivimos con el terror de que
a un segundo después del primero, puede oírse el sonar del pino al suelo. Si piensas por un instante lo que eres y lo
que te hace ser, te darás cuenta que en verdad nada eres y que lo que te hace
ser, no es nada más que algo sin valor y transitorio. Pues si algo somos, es
para y dentro de un grupo determinado, donde recibimos un aplauso o no, dado
por esas personas, donde un segundo después de ese aplauso, ya no queda nada. Y
no se aplaude dos veces a una misma cosa. Eso quiere decir, que no importa
cuanto hagas, solo existes mientras ocupas un lugar en los hechos de un
determinado lugar, que otro toma el mismo, una vez que tu te detienes.

Ser perpetuo es cosas para pocos, y así mismo se corrompe en
el tiempo. Fama mundial hace mal, pues la misma te roba la libertad, el
anonimato te mata, lo bueno es mantener un equilibrio, ser uno a cada paso de la
vida, cantar y soñar, pero reír y hacer a la vez.

Disfrutar de cada paso que se da a la copa de la montaña, y
no solo fatigarse por llegar primero. Pues no vale la pena, porque llegar primero
te amarga, porque tienes que esperar a que alguien llegue para disfrutar
contigo, o que solo te vea que tu llegaste primero, porque llegar todos
llegamos, pero quien nos vé?...

Todo es vanidad y no digo nada nuevo. Pasas el camino y ves
a millones, pero a nadie conoces, pues no hacen parte de tu mundo, pero ellos
no festejan tu llegada, los únicos que festejan, son los que te conocen, y la
pregunta es una… Como llegas? Para qué llegas?, y después que llegas… que?, tienes
idea de cuantos van a llegar mejor que tú? Así que no aplaudas presumidamente,
no haz hecho nada glorioso, pero otro y otro y otro, superarán tus hechos,
tus metas entonces, solo serán historia
pasada de moda.