Cagando tu INTIMIDAD

-Me miraba como sacándome la ropa, yo, no me dejaba rezar una misa, pues reconocía que no era merecedor de tal bondad.

Siendo de puro sabor a pecado cuajado, me deleitaba en la lujuria extravagante de tu seducción. Quizás mi encanto seductor de gallito tras una ponedora culeca. Te divertías saboreando una riza de cama mañanera, todo era felicidad, un jardín de abrazos y besos.

Te mojaste el vientre con mi intimidad y aquí se acaba la historia.

Intimidad, es algo tan profundo que llega a doler en tratar de definir.

Pero es en la intimidad que somos nosotros mismos, para con aquellas personas que queremos y tenemos afinidad. La intimidad es más bien algo que solamente sucede entre dos personas, independientemente del sentimiento que envuelva a ambas.

Es esto un mundo infinito que se alimenta de la complicidad y el querer hacerlo.

Nada funciona si no hay una intimidad, una confianza. Es la intimidad la pureza de la complicidad carnal y Espiritual, sin ella no existe Amor con  buenas historias. No hay expiación, comunión o cualquier cosa que derive del AMOR.

La intimidad no debe ser revelada a amigos y conocidos, hay que velar, vigilar nuestro entorno porque nunca se sabe donde está el traidor que  nos expondrá en plena luz de día. No que sea contra, pero  tengo que atragantarme con sapos y ranas enormes que salen de las bocas de algunas personas.