Estoy en tu casa realmente?

Hoy pasé por tu casa… pero solamente pasé. Vi que mientras tu discutías y peleabas por cosas que ni llevas y ni las has hecho, destrozabas el corazón de los que te escuchaban. Vi que también condenabas con tus palabras y comentarios, cuando ni siquiera terminaste el liceo o te recibiste de juez. Hablaste y no lo hiciste lloraste y no de amor.

Hoy pasé por tu casa… pero solamente pasé. Pretendes educar cuando ni siquiera te has educado. Hablas de Dios y no limpias tu boca, porque el odio de tu corazón y la maldad, sola la palabra Dios, te condena, porque Dios quiere decir AMOR.

Dónde dejaste el cariño?... que pasó con los sueños triunfadores?... qué es más importante que extender tu mano?.

No levantas tu vista para ver el mundo que te rodea, vives para ti y no ves los ojos que te piden en silencio, un poco de eso que te sobra.

Te has banalizado al sentarte en el trono de la soberbia, pero la polilla pronto te hará caer de el.

Hoy pasé por tu casa… y me dolió. Se predica un amor pago con las cosas de este mundo,  cuando solamente el amor te lleva a casa.

Dónde quedó tu corazón?, dónde enterraste el cuerpo de la piedad?. Crees que conoces el Corazón de los misterios de Dios lo suficiente como para decidir por el?

Dónde estará tu abrazo y tu sonrisa de felicidad cuando el paño de la oscuridad, cubra tu cabeza. Haces caminar en el dolor a los que te rodean y con eso, haces tu nido de dolor en el más allá. Despierta… es la hora de quitar el arca industrial que impones en tu casa. La vida solo es un minuto… es como la libélula, vuela y ve todo lo que puede, para morir como un ocaso de otoño.

Hoy pasé por tu casa… pero solamente pasé… había demasiado odio en la puerta y no quise  llamarte. Entonces... fuí donde realmente había un corazón de Amor.

Daimer Santuche H.  Daimer´s©

(Uruguayo)