Quienes somos por dentro realmente?

A dos años estaba con un chico, todo parecía de mil maravillas.

Somos novios casi perfectos, pero me preguntaba que era lo que sus ojos ocultaban de mi. Su mirada decía mucha cosa que no estaba a la luz de mi alcance. Aunque traté camuflada mente interpretar  el código oculto en las ventanas de su alma, nunca descifré cosa alguna. Cierto día, se fue por unos días a visitar a sus parientes y yo me quedé a pensar en nuestra futura relación. Aunque le di más vueltas que un pollo en espeto, tuve una idea poco original y muy atrevida. Seguro que a nadie le gustaría la idea, pero así fue.

Cuando regresó, luego de los saludos normales, comencé a decirle que lo había engañado, que me sentí abandonada y como nunca se molestó en saber si estaba bien, me enojé y quise separarme. Que ni siquiera tenía como comunicarle ya que nunca me dejó un contacto.

Mientras me insultaba, dejaba al descubierto una personalidad que yo no conocía. Me amenazaba e incluso me llamó de fea, que el era mejor que yo, que cualquiera quería a un chico como el. -Seguro que es necesario que ahora me digas todo eso?-le pregunté. Pero el seguía viendo defecto donde ni yo sabía que los tenía. Luego que hubiera terminado, le pregunté si podía hablar y aunque casi no me dejó, se calló.

Le dije que era mentira, pero me encantó que me dijera todas esas cosas ese día, porque al fin sabía quien  era el novio que sería mi esposo. Y que me hubiera confesado la vez que me engañó y con quien. Me preguntaba mientras le decía todas esas cosas si en realidad sabemos quiénes somos por dentro. Porque es en ese momento que perdemos el control de nuestro dominio y muchos, hasta descubren la violencia y el homicidio. El soborno y la maldad sin límites. Entonces supe acomodar la situación, para que no se agravara el tema y le dije que si algo, un poquito que me quisiera, me concediera su retirada de mi casa. Que olvidara que nos conocimos, el tenía muchas chances de encontrar un verdadero amor.

Me pedía disculpas y abrazos por mi perdón, que todo sería como antes… pero nunca es igual. Si me dijo todo lo que dijo, mañana hace lo que quiera. Somos lo que queremos ser y cuando queramos. Ese otro lado estaba ahí al asecho, esperando el motivo justo  de salir como lobo hambriento. Y como tal, queremos descuartizar a la presa, terminarla lo antes posible. Y qué del amor que nos juramos?, donde se esfumó la soledad y la razón. Qué soy yo para esa persona y cuál es mi precio. Realmente le importo?

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