La estupidez me dejó pobre.

Talento, don, aptitud o capacidad?

A lo largo de mi corta edad avanzada, he visto en las personas, desde el borde de las sombras, sin que se percaten que ahí estoy, como desperdician sus vidas.

Dicen en todos lados que cada uno trae una misión en la tierra. Ya lo escribieron los egipcios, que el que consiga descifrar un enigma, puede entender el motivo de su existencia. Pues bien, la ignorancia es el lado oscuro del talento, la timidez, el lado oscuro de los dones. La insensatez, el lado oscuro de la aptitud y la arrogancia, el lado oscuro de la capacidad. Muchas personas creen que por tras de lo que escribo, está la pura copia de algún texto de internet, porque en la vida real, un pobrecito muerto de hambre como yo, no tiene de donde quitar tantas palabras coherentes que solamente se encuentran en profesionales. A la verdad, creo que a esto se le llama “capacidad para envidiar lo que no puedo sentir y decir”. Bueno, en realidad no tengo todas las respuestas, pero es observando como águila en planeando en el vacío, hacia el suelo, que se aprende lo que está para verse. Que quien quiere, puede y quien no quiere, opina mierda.

He visto que muchos talentos, son apagados no por la cruda sociedad y si por el propio portador. Muchos, teniendo clara su capacidad, se entorpecen el pensamiento, creyendo que nadie puede decirles lo que corregir o como hacerlo. Que les gusta tal como está y nunca nadie les dijo que estaban mal. Pero los años pasan y nunca salen de la casilla y ni han dejado de mirar para sí mismo. Un ejemplo claro, una bailarina clásica, cuando alguien le dice que está comiendo demasiado y ensayando una hora menos de lo habitual, esta se encrespa y le pregunta a su emisor si acaso, el tiene algo que ver o se recibió de director técnico. Que nunca nadie se ha importado o siquiera le dijeron en su compañía semejante insulto. La razón es que si analizamos el caso, podemos decir que, más comida y menos ensayo es igual que más peso adicional y por consiguiente, fatiga, lentitud y menor rendimiento. Por otro lado, más comida a más edad, mayor capacidad para aumentar de peso y menor capacidad para perderlo. A la hora de bailar el propio peso le quita movimiento y expresión corporal. Resultado, banco de reserva y figurinista de relleno al protagonismo. Por consiguiente, despido o recorte de personal. Es un ejemplo ilustrativo, pero que sirve para todas las áreas.

Todo talento, debe ser siempre ajustado para una mayor capacidad y es necesario que el protagonista, esté dispuesto a superarse, a escuchar y tener la humildad de recibir lo bueno y lo malo. La arrogancia nunca tuvo un final feliz, la soberbia siempre murió humillada, la vergüenza, siempre mató al borde del triunfo y la timidez, siempre perdió para el coraje. A lo largo de mi corta edad avanzada, vi como diferentes talentos se escondieron en la bolsa del después y se mostraron como bagaje de cuenteo. No ajustándose a los propios cambios de la nueva cultura social impuesta por el avance relativo. En otras palabras, no puedo sostener que una molécula de oro,  puede remplazar una molécula del ADN. Alguien cerrado, diría que es imposible ya que no es lo mismo un choclo que un auto. En fin.

Lo cierto es que mientras se discute lo imposible, lo que es y no es, que soy mejor o no mejor, de que nadie me dice lo que tengo claro, la vida y el tiempo se agota y se muere el difunto. Y digo así no para hablar estupidez, sino para que quede claro. Perder el tiempo, es perder el don que hay dentro de nosotros y dejarlo apagar por creer ser superior y no tener un átomo de humildad. Lo oscuro de este hecho, es que mi posición frente a todo, es puramente infantil y egoísta. Porque si tengo el don, es para poder llevarlo acabo entre todos y para todos aquellos que vivimos. Pues si tu que lees, tienes un farol, el que está a mi lado el combustible y yo la chispa que produce  fuego, pues por qué razón permanecer a oscuras? Bueno, si cada uno se pone egoísta de no compartir su capacidad, viviremos reclamando y apeligrando de morir en ese egoísmo supremo por discutir quien es el más importante y mejor.  Pues la unión hace la luz. Está claro?  

Daimer Santuche H.