El Yo y el Todo

Era yo energía pura, fuerza y vigor en el Todo. Hasta que se me envió a permanecer por un tiempo, como energía sólida en otra forma viviente.

En la nada fui creado y en esa oscuridad que me alimentaba desde el interior de mi exterior.

Afuera me esperaba la luz, el portal se abriría y conocería yo el mundo de los vivientes, la energía compacta, la escuela del Todo.

Moría como energía, para nacer como materia y energía, durante ese tiempo que durara mi graduación. No volvería a ser libre hasta cumplir el propósito y aprender a crecer en el Todo y en el universo, guiarme con gratitud y lealtad.

Sufriría doble muerte, la separación de la Energía libre, la separación de la cápsula llamada matriz, para entrar al nuevo mundo.

Será lleno de misterios y de sencillos razonamientos. Pero si en lo poco puedo ser fiel y leal, mejor lo seré con la responsabilidad de lo mucho. La elección deriva de muchos caminos y hay que saber elegir el correcto, aprender y graduarse y no graduarse sin haber aprendido nada. El Todo verá mi aprendizaje en mis acciones. Mi energía es una pieza fundamental que sostiene  una parte del universo. Cuando culmine el siclo, comenzará otro proceso de muerte, la separación de la materia con la energía, moriré nuevamente y de la oscuridad emergeré, para ser nuevamente Energía. Como es arriba, es abajo, como es el principio, es el final.

La muerte siempre es un nuevo comienzo. La energía no se destruye, es parte del Todo, y el Todo, no muere.  

La muerte es necesaria, aunque causa angustia y desespero al aproximarse el tiempo de separación de elementos, no es más que el nacer nuevamente.

En el mundo mortal, es necesario aprender y Ser. No dejarse llevar por las miles razones y variados caminos, sino encontrar uno que te lleve nuevamente de regreso al punto importante, el comienzo mejor de una vida más allá con el Todo. Muchos entran en terrible locura al olvidarse que la separación de elementos viene sin aviso, muchos se pierden y dejan su energía morirse en la ignorancia de una maldad oscura y egoísta. No aprenden a fundarse como energía soberana, sino que en su necio parecer, atropellan el equilibrio perfecto de lo que es  el Amor. Renunciar al Todo, es apagarse para siempre, es dejar de ser energía y compactarse en la nada, en un lugar llamado Caos sin poder sumarse o fusionarse por la eternidad.

El comportamiento de tal energía fusionada o no, determina un Alma, un Alma es una memoria renovable de infinito almacenaje. Cada Alma contiene una parte del Todo y determina que tipo de energía es y donde pertenece. El Alma es la identidad de cada Energía.

Si mi Alma es buena, entonces estaré lleno de energía pura, pero si ella es mala, entonces estoy en tinieblas y no merezco hacer parte de la Energía del Todo, del Equilibrio del Todo

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Daimer Santuche H.