No lo conozco y no me interesa.

El que Es y no hay otro como El, tiene sus ojos puestos en lo que se ve y en lo que aún no es.

Cuando me presentan a un dios nuevo, yo digo:

-No conozco a ese dios, no se quién es y no me interesa. No estuvo a mi lado cuando lloré, cuando hambre sentí, no me alimentó ni me dijo como hacerlo. No me llevó al lugar de descanso ni tapó el sol para que no me dañara de día, ni en el frío de la soledad de la noche puso un fuego para que calor y luz me brindara. No estuvo en mi alegría ni en mi tristeza.

Cuando mi Dios ordena, no se cuestiona, cuando pregunta no se le oculta. Mi Dios sabe todas las cosas y cuida de mi existencia. Me ha dado un nombre y un futuro, una familia y miles de razones para vivir. Mi Dios no es solo Dios, es todo un Padre y un Amigo.

Cuando Dios te bendice, no se cuestiona, se agradece. Nada te llega por acaso, todo es por consecuencia de.

La libertad y el amor, la misericordia y el perdón, son el aíre de los que esperan en su Amor.

Dios ve la intención y la razón. Te sonríe si lo mereces y te corrige si es necesario. Pero te aplasta si dejas su Amor por ir tras la maldad y practicar la injusticia con los ojos que te miran.

La bendición no llega si la pides, la bendición es causa efecto de tus acciones. O es bendición o es maldición el pago de los hechos diarios.

El Dios que todo lo ve, transforma y restaura, crea y desarma.

Dios es la sangre del alma y el espíritu humano, sin El no hay vida ni nutrición.

Cree en Dios y sus propósitos, no actúes ignorantemente creyendo o actuando como si fueras dueño de sus palabras. Para llegar a la tierra prometida, se requiere de actitud y templanza humilde.

Daimer Santuche H ©