La libélula del armario / (+18)

Noche terrible la de anoche, y después, un poco lloré y otro me puse terrible, malo, decepcionado y reí tanto que casi infarté.

Me llamo Desespero, tenía una novia, hasta que decidí probar con el amigo del amigo de mi amigo. 
Todo era jodido en la fiesta, al menos para mi y el. Dos aburridos en un lugar raro.

Resultó que me agradó y al final se declaró gay.

Bueno, era al parecer lo más raro de la fiesta y lo que acababa de llamar mi atención. Me contó un montón de cosas gays y yo al final ya estaba re flipado de querer probar todo eso. Me llevó a su casa y ahí… comenzó todo.

Me sedujo, me encantó. Comenzó a tocarme hasta el yunque del oído… sus manos me derretían la piel.

Lo desnudé y comencé a…trabajarlo… se aflojaba todo, yo nunca había estado con uno, no sabía que era tan emocionante, tan excitante. Comencé en ese desespero a chuponearlo, estaba re alzado y yo un volcán en desespero. Me le fui por tras y le abrí el paraíso y le dí una probada al cañón… era raro, pero estaba bueno… lo preparé para recibir la lluvia de la nube negra, y me le prendí como caballo en el dulce de membrillo. No sé cual de los dos se quejaba más, yo como puerta de bisagra herrumbrada y el como cachila del año cincuenta.

Mientras lo llevaba al paraíso, mi lengua endemoniada, era la serpiente en esa historia de Adán con otra Eva.

Era el cama Sutra, cama supla, y el como surja en esa noche loca. Ya tenía ganas de gritar a los berro, que lindo son los putos, pero  sentí una cosa dura meterse por el amigo de la otra cuadra, que me aflojó hasta las muelas. Me quedé fallecido de placer y te juro que si alguien decía mi nombre y me quitara esa sensación en ese momento, sería mi primer asesinato.

Me dí cuenta que coger era peligroso, que si te permites probar, te quedas viciado al toque. Fue ahí que entendí el fuego que tenía, el por qué nadie se arrepiente y vuelve a ser hombre. El placer los consume, es más que una trepadita, es un mundo de sensaciones únicas. Estaba en las nubes y un joto me había llevado a volar. Si mi santa madre se enteraba, se le murchavan las siliconas, el maquillaje se le despegaba de la cara. Pero a mi que me importaba, era mejor que estar drogado, no quería parar, ya me había deslechado más de tres veces y sentía como si recién había empezado.  Cuanto más me apretaba, más lo quería… ya casi le juro amor eterno… pero  al instante, paré todo y oí que me dice una vocesita

-Que pasó cariño?... no pares que está rico…- Ledije_

-Qué hago?, ya no se quien era el gay! Soy gay!!! Soy Putazo y me encanta!

Y así fue que hoy en día cambié las ostras, por las perlas.