Carnaval 2020 Río Branco

El Carnaval
de la frontera siempre tiene un sazón diferente. El pueblo riobranquence si
bien no se muestra participativamente activo en la fiesta como años anteriores,
no deja de disfrutarlo.

Es  de resaltar que antiguamente el carnaval se
lo vivía desde otra emoción, la familia participaba creando su fantasía y
demostraba su alegría en las calles. Los tablados barriales eran todo un ícono
cultural. No importaba si se atracaba en un cruce de calle un camión y sobre su
carrocería se bailaba, se cantaba se festejaba. Lo importante era divertir y
divertirse. Luego llegaron las normas y las prohibiciones y un control que mató
la alegría de festejar. A lo largo del tiempo el deseo de salir y formar grupos
con amigos y los premios que se daban hasta por la fantasía más original, se
moría a cada año. El pueblo se desanimó y hoy solo se ve sombras de lo que un
día fue el carnaval de Río Branco. Pero una cosa es importante resaltar: El
respeto que tuvo la ciudad sobre la gran participación LGBT que desfilaban en
comparación a anteriores fiesta de Momo. Esto demuestra una ciudad que apunta a
otro nivel de madurez. La ausencia de uniformados entre el público es producto
de un pueblo que aún está seguro, que aún vive en paz, puede darse el lujo de
permanecer en companía de su familia y su mate, disfrutando del espectáculo.

Estudio
D´santuche