Las gallinas vuelan si las pateas.

- ¿Te has dado cuenta que el mundo está cada vez más loco?

- Pues si… yo también lo estoy.

- ¿Cómo así…?

- Ese café que me pediste, está hecho con soda y ácido con bastante jugo artificial de café, por eso no te has dado cuenta en el sabor.

- ¡Estás loco! ¿Qué te he hecho?

- No lo recuerdas…?, te refresco la memoria. Te acuerdas aquel gurí, al cual le diste una paliza para hacerte ver delante de tus amigos? Que además de pegarle, lo largaron desnudo para el corredor donde pasarían todos?, era yo… y luego de que me fuera de la escuela por tu culpa, decidí seguirte, saber por lejos toda tu vida sin que supieras que era yo, sin que te dieras cuenta de que estaba cerca. Ahí el tiempo pasó, tuve que estudiar lo mismo que tu para poder estar en el mismo lugar, sin hacerte la competencia, esperando el momento cierto.

Nadie podrá acusarme, puesto a que no existe una comunicación directa entre nosotros. Tu eres jefe en este edificio, yo trabajo en mantenimiento del elevador, jamás estoy dentro de las oficinas. Pero mi plan fue maestro. Entrar vestido de sirviente de café, por la ventana de emergencias del elevador. Tu oficina queda al frente en el piso doce, tiempo suficiente hasta abajo para que mueras. El café supuestamente, te lo tomaste en tu sala, ya que solamente ahí es servido, pero hoy no lo tomaste, así que es normal que encuentres un sirviente de café que está bajando. Le pides un café y te pasa lo de ahora. No tienes salida. Pues no se encuentran los rastros del pote de café porque no se sabrá en qué parte del edificio lo tomaste. Ahora yo dejo la escena del delito limpia y jamás nadie se le ocurriría a que esto es posible. Es la hipótesis más baja de crimen. Pena que estás muy mal para subir la cuerda hasta el techo y regresar hasta arriba por los tirantes. También no te preocupes, el cortocircuito de ayer provocado por mí, a quemado la cámara del elevador y de todas las puertas que dan al elevador. Pena verdad? Bueno creo que ya no puedes pedir ayuda y yo debo irme… ya llegamos a destino. Te pedí que no me pegaras, porque no quería hacerte mal. Pero me dijiste que las gallinas vuelan cuando se las patea, pero yo no era una gallina, y aunque te esforzaste para hacerme volar, no volé.

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machaca tu mente.