Cómo prosperar en tu casa.

La maldad de los hijos.

Hoy día al igual que en la época de Noé, la maldad aumenta desde el nacimiento. Las generaciones de niños ya profetizan en su abrir de ojos, la maldad de sus padres. Maldad concebida cuando eran niños y nunca pidieron disculpas por ellas, sino que pueden verlas reflejadas en sus propias crías. Ellos a su vez, repiten y aún mayor la maldad de estos. Su sentir de maldad hace que destruyan lo pequeño y grande, como langostas en una fértil y tierna plantación. 

Y vi yo, lo viví yo sin poder hacer nada ante la protección de las leyes de los hombres y ante el impedir de la ley de Dios, la maldad de estos. Vi también el fin y la paga de tal maldad. Ellos molestan como minúsculo fleco de palo, en el ojo de cualquiera, hacen que se turben los corazones ante su violencia. Ellos entran y saquean, destruyen y no llevan, matan y no comen, quitan la vida y no se arrepienten. No miran para adelante que Dios los ve y ni ojean el pasado, que Dios les ha dejado como ejemplo con los que también practicaron  la maldad. Pero Dios no hace distinción de persona y ni tiene piedad de los tiempos o la edad impuesta bajo el sol. Ante esto, vi como los padres reclamaban ante las puertas del cielo, el castigo impuesto en sus hijos o en ellos mismos, pidiendo justicia, cuando ellos no la quisieron hacer y pretenden de Dios, que les perdone su pecado. En sus hijos, se han fijado su corta edad y su belleza y aparente inocencia, pero hasta sus huesos están recubierto de maldad. Pues su boca calla aún sabiendo que fue pecado y maldad lo que cometieron. Temen a sus padres cuando es al Altísimo al que hay que temer. Ellos mismos se condenan y destruyen, pues los ojos de los que sintieron su maldad y le vieron, no han de callar. Un día todo castigo llega para todo lo que hacemos contra otro. Pues no hay condenación para una mente que practica lo recto, que sabe lo que es maldad y no lo hace.

Tenga Dios misericordia, porque muchas veces, el perdón humano no es suficiente para salvar una vida del Todopoderoso.

Mirad para vuestro interior, que es que os sucede hoy, porque tiene una razón y si la maldad está sentada en vuestra sala o mesa, es que debéis de miraos los unos a los otros  si quizás, el agravio no salió de vuestras manos o boca y un castigo os ha sobrevenido.  Aún lo más insignificante Dios lo ve, pues el que es grande y su misericordia abundante, sabrá quitar la afrenta y habrá de brindaos paz.  No permitas que de las manos de vuestros hijos se propague el error, la delincuencia y el falso testimonio, instruye al niño en la verdad, la paz y la obediencia, para que tengan vida abundante y les vaya bien en sus caminos. Mira los tiempos antiguos y retén el consejo de los ancianos. Ponle luz a lo que llamas de hogar y familia. Más si ignoras y callas, no vayáis ante las puertas del Cielo a interceder por vuestros hijos y por vosotros, porque Dios no tomará por inocente al culpable. De la bondad y la misericordia no hay que abusar, porque la paga de maldad, es maldad, Y la paga de bondad, es bondad, porque de lo contrario, no sería justo que si practicas la maldad, obtienes abundante felicidad y el que recibe tu práctica maldosa, viva consumido en una desesperanza y clamando una justicia desigual. Dios es Justo, aprende o recibe la consecuencia de boca cerrada.

Daimer Santuche H ©