Es increíble como el ser humano puede ser tan idiota y retardado, al
mismo tiempo de poder llegar a una galaxia distante.
El propio deseo de ser un dios, de controlar su propio planeta y de
dominar cada vida. La codicia y la trampa, manchan sus manos. Veamos una
pequeña y poderosa oración que hablan los científicos del espacio. “…lo cierto
es que en todo el sistema solar y un poco más allá, somos los únicos y no hemos
encontrado más que suposiciones de planetas sin saber si hay vida inteligente,
esto, hasta donde alcanza nuestros telescópicos”.
Sabias palabras, pero somos un punto perdido en la oscuridad del
universo, o quizás no estemos tan abandonados. Somos los únicos seres vivos que
nos comemos unos a los otros, matamos y robamos para obtener el poder de poseer
aquello que más tarde, no podremos cargar. Nos envenenamos comiendo el propio
veneno que fabricamos intentando alterar la naturaleza, esto para que la
producción sea mayor y mayor la ganancia. No nos importa la vida en el eslabón
inferior. También somos tan idiotas, que entendemos el concepto de cadena y
mismo así, no nos importamos con el inferior, siendo que si más abajo se rompe,
toda la cadena para de funcionar. No importa si el eslabón es de oro o barro,
plata o plástico, si todos tiran juntos, también quedan quietos juntos.
La comida es el arma principal para la guerra del dominio. La carne es
un veneno constante y todos van a la parrilla por el. Si no hay carne, poca
cosa funciona. Para ello, se han vacunado los animales a tal punto, que su
propia vida corre peligro. Cuando ingerimos al animal, envenenamos nuestro
cuerpo con esas toxinas y ponemos a prueba nuestro sistema que, más tarde
colapsa. Se logra en tan solo tres semanas, que un pollo pese cuatro kilos a
base de drogas que al final, la comemos. Es lo mismo que vacunar a una madre
embarazada y que su feto logre nacer como bebé, en tan solo tres meses. También
que un niño de un año, complete el tamaño
adulto en tan solo cinco años. Todo por la necesidad de poder. Las gaseosas por
ejemplo, vienen cada vez más diluidas en sus productos naturales, lo que hace
que lo químico y artificial gane terreno. Lo natural muchas veces, tiene una
pequeña esencia de aroma donde solamente se siente oliendo varias veces. Hoy
día, todo viene exageradamente para que reconozcas y consumas. Todo a base de
químicos. Las fórmulas son tan complejas y mortales a tal punto que si divides
cada ingrediente, te das cuenta que uno te derrite la piel provocando úlceras,
pero tiene un componente que revierte el proceso, otro que te podría causar
parálisis o temblores constantes, pero tiene uno que contrarresta su efecto. Al
final, lo que bebes, es un coctel de venenos mortales con un agradable aroma y
sabor. Pero pagas por ello y le das a los niños aquello que está de moda y todo
el mundo toma. Y aún dices que de algo hay que morir. Pero cuando te toca la
enfermedad y te desarma de a pedazos y te reviste de constante dolor y ardor.
Quieres vivir mejor, más saludable, disfrutar de la vida que no veías y la
tenías. Te acuerdas de Dios, de las cosas buenas que aún existen bajo el sol y
no puedes, el dolor es tu compañía a cada instante.
Te dicen que esto es bueno, pero no te enseñan que es bueno para muy
pocos, terminas siendo esclavo de las fábricas que se encargan de hacerte la
vida fácil pero para la mitad del tiempo estimado al que debes vivir. Por eso
tal producción, pagas con la mitad de tu vida.
El faraón tuvo un sueño, las siete espigas vigorosas que eran tragadas
por aquellas que le nacían, que su apariencia era terrible. También de las
siete vacas gordas y bellas, junto al Nilo, que le nacían a cada una, una vaca
magra de terrible aspecto y de tal hambruna que se las comía sin dejar rastros.
Todos entendemos y conocemos la historia y el sueño. Pero nadie se puso a
pensar o cuestionar que la interpretación de José, pudo haber sido mal
interpretada, si eran siete años de abundancia y siete años de hambruna, ¿Pues
por qué razón no se calaron los años y se amenizaron los efectos?. Pero Dios es
el sabio en esta historia, la razón es la lógica que grita desenfrenadamente
ante todos y nadie la escucha por considerarla loca. Lo cierto es que cuando
alguien se desespera ante el peligro eminente, nadie cree que habla lo
correcto. Cada cual vive su mundo, su propia posición egoísta y se olvida del
de abajo o de arriba. La misma historia del eslabón.
La razón es una, la naturaleza. Dios tiene en cuenta la madre tierra,
también les dio a los humanos la capacidad de prepararse y al faraón, le ha provisto
de una ayuda extra. Un servidor de su Reino. Traducido al día de hoy, junto al
gobierno, la ayuda del pueblo de Dios. Todos trabajando por el bien de todos.
El viejo refrán, “A Dios lo que es de Dios y a Cesar lo que es de Cesar”.
Pero lo cierto es que hoy esto no es posible, porque cada uno mira por
si y no le importa el respeto por la vida del otro, quiero esto y si te opones,
te mato.

Y más, cuando alguien nos habla la verdad, no le creemos y lo
catalogamos de rebelde. Así estamos y así vivimos. El sol nace y cuando nace de
nuevo, morimos. No disfrutamos la vida, no tocamos la tierra hasta que en ella
nos entierran. No hacemos parte del universo, sino que lo dividimos en parte. A
la virtud solo la escribimos, no la vivimos. Y ser un ser humano, esto está en
tela de juicio.

Daimer Santuche H.
(Uruguayo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
- Thanks for to visit this blog. You can sending a coment in the post, too for diferent adress of comunications. www.facebook.com/daimers
- Obrigado por sua visita, temos mais postagem. Comente o que gostou de ver ou ler, entre em contato comigo nas diferentes formas expostas aquí.
www.facebook.com/daimers
Gracias por visitar mi página, comunícate a través de E-Mail dsantuche@gmail.com //daimers@hotmail.com o puedes escribir cartas para daimers Rio Branco Cerro Largo Uruguay
CEP 37100 https://www.facebook.com/daimers